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New week, let’s start soft

Qué lindo saludarte.

Cada semana, un momento para reconectar.  

Porque sé que priorizás tu bienestar, y por eso estás acá. Entre tanto ruido, este es tu recordatorio: la salud mental importa. Acá vas a encontrar consejos simples, reales y aplicables para sentirte mejor cada día.

Bienvenido a tu pausa mental de cada semana.

Ansiedad & Viajes

Los viajes no siempre son placenteros

Viajar suele asociarse con disfrute, descanso, desconexión. Pero hay algo que muchas veces no se dice: salir de la rutina, por más lindo que suene, también puede activar una sensación de peligro en tu sistema nervioso.

Tu cuerpo y tu mente están acostumbrados a funcionar dentro de ciertos márgenes de previsibilidad: el entorno que conocés, los horarios que repetís, las personas que frecuentás, las situaciones que vivencias. Todo eso construye una sensación de “base segura”. Cuando esa base se modifica —al cambiar de ciudad, de país, de cama, de idioma o de ritmo— es completamente esperable que tu cuerpo entre en alerta.

Y no, no es que seas “exagerada” o “sensible”, ni tampoco que seas desagradecida y estes quejándote por quejar. Lo que sucede es que tu sistema nervioso perdió señales conocidas, y frente a eso, hace lo que aprendió: protegerte. El problema no es la ansiedad en sí, sino cómo nos relacionamos con ella.

Por eso, si sentís que te cuesta disfrutar los viajes, que te incomodan los aeropuertos, que dormís mal las primeras noches fuera de casa o que te irrita no tener todo bajo control, no es que seas un problema. Es que necesitás entender qué te está queriendo decir tu cuerpo.

Tampoco es que estás exagerando, sino que estás saliendo del mapa que tu cerebro conoce y que tu cuerpo aprendió a transitar. El problema no es que te incomode el cambio, sino que muchas veces nos exigimos vivir los viajes como si fueran únicamente placenteros, como si no hubiera lugar para el malestar.

Reconocer que lo que sentís es una respuesta adaptativa (no un error) ya es empezar a regularte. La ansiedad no es el enemigo. Es tu sistema diciéndote: “necesito más contención en este contexto nuevo”.

No te estás yendo de vos, estás viajando con vos

Sostener hábitos no es rigidez: es una forma de cuidarte, incluso lejos de casa

Una de los errores más comunes al viajar es creer que “descansar” implica desconectarte por completo de toooods tus hábitos. Como si soltar la rutina tuviera que ser sinónimo de cortar con todo lo que te regula, te calma o te ordena.

Pero si vivís con ansiedad, sabés que hay ciertas cosas que, aunque parezcan chiquitas, hacen una gran diferencia en cómo te sentís. No son rutinas rígidas, son anclas: actividades que te ayudan a volver a vos cuando todo alrededor se mueve.

La estructura que tenés en tu vida cotidiana no es solo funcional: es emocional. Es contención. Por eso, cuando viajás, es esencial que puedas llevarte algunas de esas anclas con vos. No para seguir “productiva” sino para no perderte en el caos de lo nuevo.

No hace falta que tu día sea perfecto, ni que cumplas con todo, ni que lo veas como un check list de habitos por tildar. Sino que lo hagas como una manera de cuidarte y sentirte “en control” cuando todo se mueve.

Algunas preguntas que pueden servirte:
— ¿Qué hábito me ayuda a sentirme regulada?
— ¿Qué ritual me conecta con mi calma?
— ¿Qué necesito para descansar mejor?

Quizás es llevar tu journal, una playlist, un aceite esencial, una práctica de respiración.
No es lo que hacés: es cómo eso te regula.

Y esto no es solo prevención, es auto cuidado. Porque viajar también puede ser un escenario de disfrute y expansión, pero para eso tu sistema necesita sentirse regulado.

No te estás yendo de vos. Estás viajando con vos. Y cuando eso pasa, el viaje puede ser un espacio de descubrimiento & calma.

Recurso

Ansiedad & Miedo a volar en avión

Para muchas personas, viajar en avión no empieza en el aire. Empieza en el momento en que pisás el aeropuerto. Un lugar lleno de estímulos, filas, demoras, check point de seguridad, anuncios y un montón de estímulos que generan ansiedad. El miedo a no saber a donde tener que ir, perder los documentos, papeles o incluso la valija. Y esto se agudiza mucho mas, si encima volar te genera miedo.

No es una mera  cuestión de “relajarte”. Porque si tu cuerpo interpreta esa situación como amenazante, va a activar un estado de alerta real, con síntomas físicos, mentales y emocionales. No estás exagerando. Tu sistema nervioso está intentando protegerte.

La buena noticia es que, aunque no puedas evitar ese momento, (y te felicito por no evitarlo) sí podes llevar recursos que te ayuden a transitarlo de una formas mas amena <3

Afirmación de la semana

Puedo estar en calma aunque no este en mi self place

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