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New week, let’s start soft

Qué lindo saludarte.

Cada semana, un momento para reconectar.  

Porque sé que priorizás tu bienestar, y por eso estás acá. Entre tanto ruido, este es tu recordatorio: la salud mental importa. Acá vas a encontrar consejos simples, reales y aplicables para sentirte mejor cada día.

Bienvenido a tu pausa mental de cada semana.

¿Por qué los lunes generan tanta ansiedad?

El problema de quedarte atrapado en el loop de tus pensamientos y la urgencia

Seguro esto te pasó alguna vez: suena el despertador un lunes y, antes de levantarte, ya sentís un nudo en la panza o una presión en el pecho. Tu cabeza arranca a mil, con esa lista mental interminable de cosas que “tenés que hacer”.

Y con esa lista, llegan pensamientos como:
— ¿Y si no me da el tiempo?
— ¿Cómo voy a hacer todo esto?
— ¿Qué pasa si me atraso?

Eso que estás sintiendo se llama ansiedad anticipatoria: tu mente se adelanta a todo lo que podría pasar en la semana, y activa el cuerpo como si ya estuvieras en medio de una emergencia.

El problema es que cuando vivimos en ese “modo urgencia”, todo parece importante, incontrolable y para ya.
Pero no todo lo que se siente urgente, realmente lo es.

La ansiedad tiende a exagerar. Nos quiere proteger, pero a veces ante situaciones que no tienen un peligro real. Y cuando eso pasa, es probable que te sientas paralizado, cansado, frustrado, como si arrancaras la semana agotado.

Nuestro cuerpo y mente no están hechos para vivir en alerta constante.
Obvio que es posible cumplir con objetivos, tareas y responsabilidades, pero no desde ese lugar de presión y agobio, sino desde un lugar de mayor autocuidado.

 Empezar a reconocer este patrón (y bajarle el volumen) es una forma de elegir una vida más amable, más consciente y más conectada con lo que sí necesitás.

Urgente vs Importante

Aprender a diferenciarlos es sumamente importante

Uno de los grandes desafíos que enfrentamos, y que muchas veces pasa desapercibido, es confundir lo urgente con lo importante. No es algo exclusivo tuyo: es una trampa común de la ansiedad. Cuando sentimos ansiedad, todo parece ser  inmediato, como si todos los pendientes fuera una emergencia que no pueden esperar ni un segundo más ( o algo terrible va a suceder ).

Pero la realidad es que muchas de esas “urgencias” no son verdaderas crisis, ni son tan importantes como nuestra mente nos cuenta. Son tareas o preocupaciones que, aunque aparezcan en nuestra mente con fuerza, pueden postergarse, planificarse o incluso delegarse. Pero cuando no hacemos esa distinción, terminamos atrapados en una carrera frenética contra el tiempo, corriendo sin pausa, agotándonos y sintiendo que nunca nos alcanza el día para hacer lo que de verdad importa.

Lo que tu ansiedad no te dice es que no necesitas estar disponible para cada notificación ni responder de inmediato a cada demanda externa. Está bien tomar distancia, priorizar y poner límites. Está bien dejar algunas cosas para después o pedir ayuda cuando la carga es demasiada. Porque el ritmo acelerado y la urgencia constante desgastan, mientras que la calidad, el bienestar y el equilibrio nutren.

Aprender a distinguir lo urgente de lo importante es un acto profundo de autocuidado y presencia. No es una excusa para procrastinar ni para evitar responsabilidades; es, más bien, una invitación amable a mirar tu lista de tareas con compasión y con una mirada estratégica. Así, podés administrar tu energía para que te alcance y te sostenga a lo largo de toda la semana, en lugar de agotarte en esos primeros minutos frenéticos del lunes.

Este aprendizaje es también un paso para reencontrarte con la calma, para sentir que sos protagonista y no víctima de tu propio ritmo, y para empezar a construir semanas donde tu bienestar sea el motor que guíe tus decisiones, no la urgencia impuesta por la ansiedad.

Recurso

Pausa para salir del piloto automático

Afirmación de la semana

Puedo frenar aunque todavía tenga pendientes sin resolver

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