3 cuotas sin interes | envio gratis
en pedidos mayores a $90.000

New week, let’s start soft

Qué lindo saludarte.

Cada semana, un momento para reconectar.  

Porque sé que priorizás tu bienestar, y por eso estás acá. Entre tanto ruido, este es tu recordatorio: la salud mental importa. Acá vas a encontrar consejos simples, reales y aplicables para sentirte mejor cada día.

Bienvenido a tu pausa mental de cada semana.

No siempre vemos lo que en verdad es

No subestimes lo que te pasa, por estar “funcionando”

No siempre lo que ves refleja lo que alguien está viviendo por dentro. Algunas personas con ansiedad cancelan planes. Otras van a todos, pero con el corazón acelerado, sintiendo angustia de estar fuera de sus casas, pensando “¿y si algo sale mal?”. Pero ambas están haciendo un esfuerzo enorme que de afuera muchas veces no se ve.

Lo mismo pasa con el estrés, la tristeza o la inseguridad. Hay días en los que alguien parece manejar todo con normalidad: trabajo, estudios, familia, amigos, pero por dentro se sienten agotados, desbordados, con mucho miedo o ansiedad constante. Que alguien funcione no significa que esté bien ni que no esté sufriendo.

El problema aparece cuando por «funcionar” subestimamos lo que realmente nos pasa, o incluso nos comparamos: “Yo tendría que poder con esto” o “Otros lo manejan mejor”. Ahí nos subestimamos y nos exigimos demasiado. Nos olvidamos de que cada persona tiene su manera de lidiar con lo que siente, y que el esfuerzo interno no siempre se ve.

Aceptar que no tenemos que reaccionar igual que los demás es liberador, porque no se trata de rendirse: se trata de reconocerte, de validar lo que sentís y de dejar de exigirte un estándar que no existe. Que te cueste arrancar algo, o que vayas a todos los planes pero sintiendo ansiedad, no te hace menos capaz ni menos fuerte. Te hace humano.

Tu esfuerzo importa, aunque nadie lo vea. Tu lucha es real, aunque se note poco. Aprender a valorarte por lo que haces por dentro, por cómo seguís adelante incluso cuando sentis que no podes más, es uno de los pasos más importantes para dejar de exigirte de más y mirarte con mayor compasión. A veces solo vos sabes por lo que estás pasando.

Malestar funcional

Por fuera todo puede ir bien, pero por dentro no tanto

A veces parece que todo está bajo control. Salís a los planes, cumplís con la rutina, con el trabajo, con tus vinculos, hasta incluso sonreís, desde afuera pareciera que todo funciona perfecto. Pero muchas veces eso no quiere decir, que por dentro no este pasando nada.

Podes estar siendo funcional con todo, pero que a la vez te cueste horrores levantarte de la cama, salir de casa, sentirte tranquilo, responder mensajes, sostener la concentración o hacer cosas que antes hacia con normalidad.

Por fuera todo puede ir muy bien, pero por dentro, tu cabeza puede estar a mil, tu cuerpo cansado, tu energía al límite. Hay días en los que todo tu sistema interno está trabajando horas extras: tu corazón más rápido, tu respiración más corta, tu cuerpo en alerta constante, tu ciclo hormonal alterado, tus neurotransmisores desequilibrados. Todo mientras mantenés la apariencia de normalidad. Y muchas veces no es con la intención de fingir, sino porque posiblemente ni vos te des cuenta del malestar.

Que las cosas “parezcan ir bien” no significa que no este pasando nada por dentro. A veces sostenés la vida entera mientras tu sistema lucha por mantenerse en equilibrio. Y eso no es fracasar, ni ser débil: es sostenerte mientras nadie ve la batalla interna que atravesás cada día.

No subestimes lo que tu cuerpo y tu mente hacen por vos. Reconocerlo es entender que incluso cuando todo parece “normal”, hay mucho esfuerzo silencioso que merece ser visto y valorado. Y no hace falta que puedas hacerlo todo sola: está bien necesitar ayuda, compañía o simplemente un espacio para respirar sin tener que cargar con todo.

Ejercicio simple

Tomar consciencia

A veces el estrés se vuelve tan constante que tu cuerpo deja de avisarte que algo te está pasando. No sentís nada raro, no hay alarma visible, pero  sin embargo, el ciclo se altera, la energía se agota, la mente no frena, y vos te senis mal sin “causa aparente”. Puede ser que estés cumpliendo con todo, que sonrías, que la rutina siga,  y nadie vea lo que está pasando por dentro (ni vos!!).

Un ejercicio sencillo para empezar a conectarte con lo que tu cuerpo ya sabe: durante un par de minutos, sentate en un lugar cómodo, cerrá los ojos y llevá la atención a tus pies. Sentí el contacto con el piso. Subí lentamente tu atención a las piernas, caderas, abdomen, pecho, hombros y mandíbula. Observá si hay tensión, calor, frío, pesadez… no busques “arreglar” nada, solo registrar.

Esto te ayuda a empezar a reconocer cómo el estrés crónico se manifiesta en tu cuerpo, incluso cuando tu mente dice que “todo está bien”. No hace falta que lo hagas sola, buscar ayuda no te hace débil. 

Afirmación de la semana

Puedo sentirme mal, aunque pueda con todo y nadie lo note.

Tu carrito

En este momento tu carrito está vacío.

Volver a la tienda