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New week, let’s start soft

Qué lindo saludarte.

Cada semana, un momento para reconectar.  

Porque sé que priorizás tu bienestar, y por eso estás acá. Entre tanto ruido, este es tu recordatorio: la salud mental importa. Acá vas a encontrar consejos simples, reales y aplicables para sentirte mejor cada día.

Bienvenido a tu pausa mental de cada semana.

Mamá: dejaste una gran huella en mí

Ayer fue el día de la madre en Argentina, y obvio que pese a ser un día comercial, es un dia que conmueve, despierta emociones y da de que hablar. Asi que me pareció importante traer a este espacio este tema que tanto nos atraviesa: mamá. Un vinculo que impacta (mucho) y pese a que puede ser un lugar seguro, para muchos es un vinculo que duele y eso sin duda genera confusión o deja sus secuelas. También es una fecha que pesa, hay muchas personas que hoy ya no tienen a sus mamás, o su vinculo esta distante, o también madres que no tienen a sus hijos. Sea cual sea tu situación, te abrazo. Yo soy una mamá perruna que hoy transita el duelo de su hijita, asique te entiendo. Dicho esto, feliz día a las madres de esta comunidad: a las biológicas, adoptivas, a las que sin ser madres cumplieron ese rol, a las mamás perrunas, a las que confundieron y hoy se arrepienten y  a todos los que maternan o cumplen el rol.

Ser madre no es una decisión simple, y a la vez es un rol con mucha mucha responsabilidad. Nuestra relación con nuestra mamá es uno de los vínculos más importantes y que más nos marca,  porque es el primer vínculo de apego que experimentamos (y ese es el motivo de por qué deja huellas taaaan profundas). Es en este vinculo donde  aprendemos cómo sentirnos seguros, cómo confiar en otros, cómo vincularnos, poner limites,  regular nuestras emociones y, muchas veces, cómo relacionarnos con nosotros mismos.

Si tu vínculo fue seguro y presente, es probable que hayas desarrollado confianza para expresar tus necesidades, poner límites y vincularte con los demás de manera equilibrada. Pero si la relación fue difícil, ausente, estricta, puede haber dejado inseguridades, miedo a no ser suficiente o dificultades para expresar lo que necesitás. Estas huellas no son “culpa” de nadie, ni te definen; son información sobre patrones que podés reconocer y trabajar para cuidarte mejor hoy y poder vincularte desde un lugar más seguro y amoroso.

Lo interesante de mirar nuestra relación con nuestra mamá   es que nos permite entender mucho de nosotros mismos: nuestros miedos, nuestras formas de vincularnos, la manera en que nos hablamos y las decisiones que tomamos. No se trata de juzgarla ni de justificar conductas dolorosas, sino de observar cómo ese vínculo dejó huellas, y cómo podemos usar ese conocimiento para crecer emocionalmente y construir vínculos más saludables.

Si la relación estuvo marcada por la ausencia, el abandono o el dolor, también hay mucho que aprender. El vacío que deja una ausencia nos muestra dónde necesitamos cuidarnos, cómo sostenernos emocionalmente y qué relaciones elegir para sentirnos acompañados. Reconocer estas huellas no es un acto de tristeza, sino un paso consciente para entendernos y cuidarnos mejor.

Feliz dia de la madre

Aunque no para todos es de  celebración (y eso está bien)

El dia de la madre no es un día de celebración para todos, y está bien que así sea. No hay obligación de celebrar, sonreír o decir “gracias” si no te nace. No hace falta cumplir expectativas ni seguir lo que otros esperan de vos.

Si la relación con tu mamá fue difícil, exigente o dolorosa, este día puede traer enojo, tristeza o frustración. Si no la tenés cerca, o ya no está, puede aparecer vacío o nostalgia. Incluso si la relación fue buena, puede que simplemente no tengas ganas de festejar, y eso también es válido.

Lo importante es hacer lo que realmente te nace. Permitirte sentir tus emociones sin juzgarte, buscar contención si la necesitás, y cuidarte a tu manera. Este día es un recordatorio de que no tenemos que cumplir expectativas externas para validar nuestras emociones. Lo que importa es tu bienestar, tu autenticidad y tu permiso para atravesar este día como realmente lo sentís.

Recurso

Escucha la voz de tu mamá

En este día te propongo un ejercicio muy sanador: escuchar y reconocer la voz interna que heredaste de tu mamá, esa que todavía te habla desde adentro y muchas veces guía tus decisiones, emociones y valores.

Podés hacerlo así:

  1. Tomá papel y lápiz (o tu journal).
  2. Identificá frases que escuchaste mucho de chica: por ejemplo: “Todo eso te vas a comer?”, “Si no aprobas los exámenes no vas a la fiesta”, “No llores por todo, hay cosas peores”, “Tene cuidado con esas amigas”, “Avisame cuando llegues que la calle esta peligrosa”
  3. Escribí cómo esas frases aparecen hoy en vos:
    • En tus decisiones: ¿te cuesta priorizarte? ¿decís “sí” cuando querés decir “no”?
    • En tus emociones: ¿sentís culpa, ansiedad o presión constante?
    • En tus valores y creencias: ¿qué esperás de vos misma y de los demás?
    • En tus elecciones: ¿elegis lo que vos queres o lo que ella espera de vos?
  4. Reflexioná: ¿esta voz te ayuda o te limita? ¿Qué parte querés conservar y qué parte querés transformar o callar?

El objetivo no es juzgar a tu mamá ni eliminar lo que sentís, sino reconocer cómo su voz impacta en vos hoy, para poder elegir conscientemente qué internalizar y qué dejar de lado.

Este ejercicio ayuda a poner luz en patrones inconscientes, a tomar distancia de expectativas heredadas y a fortalecer tu propia voz y tus decisiones, con más libertad y compasión hacia vos misma.

Afirmación de la semana

Puedo reconocer la voz interna de mi mamá sin que me limite.

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