3 cuotas sin interes | envio gratis
en pedidos mayores a $90.000

New week, let’s start soft

Qué lindo saludarte.

Cada semana, un momento para reconectar.  

Porque sé que priorizás tu bienestar, y por eso estás acá. Entre tanto ruido, este es tu recordatorio: la salud mental importa. Acá vas a encontrar consejos simples, reales y aplicables para sentirte mejor cada día.

Bienvenido a tu pausa mental de cada semana.

Meditación

Por qué a tu cerebro no le gusta meditar (pero es lo que necesita)

¿Cuántas veces te dijeron “tenés que meditar” y pensaste: yo no puedo, no me sale, no tengo paciencia? La resistencia a la meditación es algo totalmente normal: vivimos en un mundo hiperconectado, donde la mente aprendió a estar siempre ocupada, siempre haciendo algo. Por eso, la sola idea de “quedarte quieta” puede sentirse rara, incómoda, o incluso pérdida de tiempo.

Pero, irónicamente, ese es el mismo motivo por el cual tu cerebro necesita espacios de pausa. La mente no sabe estar en silencio porque la entrenamos durante años a buscar estímulos: redes sociales, listas de pendientes, preocupaciones, expectativas. Pero, la meditación no es apagar la mente. Tampoco es dejarla en blanco. Eso es un mito , y a la vez una de las razones por las cuales las personas no meditan: les genera frustración  no poder » no pensar”. Pero el objetivo de la meditación no es ese.

La meditación no es dejar de pensar. Es salir del modo automático y aprender a observar los pensamientos sin que te arrastren. Es como si tu mente fuera una autopista llena de autos (pensamientos) y vos, en lugar de subirte a cada uno (fusionarte con tus pensamientos) podrías  quedarte en la banquina observando cómo pasan (tomar distancia de tus pensamientos).

Neurociencia

Por qué es beneficiosa para reducir la ansiedad

Desde la neurociencia, sabemos que meditar produce cambios reales en la estructura y funcionamiento del cerebro. No es meramente  sentirte mejor, sino que es el proceso para algo más profundo:

 Reduce la actividad de la amígdala, el centro de la respuesta al miedo y la ansiedad. Cuando meditás, tu cerebro aprende a no reaccionar de forma automática ante cada estímulo estresante.

 Activa la corteza prefrontal, encargada de la autorregulación emocional, la atención y la toma de decisiones. Esto significa que empezás a responder con más claridad y menos impulso.

 Favorece la neuroplasticidad, es decir, la capacidad de crear nuevas conexiones neuronales. Es como si reconfiguraras el “software” de tu mente para que sea menos reactivo y más estable.

Estimula la vía parasimpática del sistema nervioso autónomo, que es la encargada de las respuestas de calma y bienestar. Mientras vivimos mayormente en “modo simpático” (lucha-huida), la meditación ayuda a que tu cuerpo pueda activar su freno natural, bajar la frecuencia cardíaca, relajar la tensión muscular y equilibrar la producción de cortisol.

Meditás, y el cuerpo “registra” que no hay peligro real, aunque tu mente esté acostumbrada a estar alerta. Esto es clave para romper el círculo vicioso de la ansiedad.

Recurso

Pausa para salir del piloto automático

Afirmación de la semana

Hoy elijo calmar a mi mente, aunque ella quiera correr

Tu carrito

En este momento tu carrito está vacío.

Volver a la tienda